El Kapak Raymi es una celebración especial que se vive en las comunidades indígenas de Ecuador, sobre todo en la sierra. Esta fiesta es como un momento mágico para agradecer al sol y celebrar un nuevo comienzo, con tradiciones que vienen de muy lejos. Así que, ponte cómodo, imagina un paisaje andino lleno de música y rituales.
¿Qué es el Kapak Raymi?
El Kapak Raymi, que en quechua significa «fiesta grande» o «fiesta de los justos», es una celebración que marca el solsticio de verano, cuando el sol está en su punto más alto. En Ecuador, se celebra cada 21 de diciembre, y es una de las cuatro fiestas importantes del calendario andino, junto con el Inti Raymi, el Pawkar Raymi y el Killa Raymi. Para los pueblos indígenas, como los kichwa, cañari y saraguro, este día es el nacimiento del sol y el inicio de un nuevo ciclo de siembra. Es como un «¡bienvenido!» al sol por dar vida a la tierra y a las cosechas.
La palabra «kapak» significa «sabio» o «gran líder», y «raymi» es «fiesta», así que esta celebración honra a los líderes de la comunidad y a los niños que están creciendo. También tiene un toque de transición, porque marca el paso de los pequeños a jóvenes responsables. En el pasado, los incas la veían como un momento para renovar energías y prepararse para el año que viene. ¡Es una mezcla de gratitud y esperanza!
¿Cuándo y dónde se celebra?
El Kapak Raymi se festeja cada 21 de diciembre, alrededor del solsticio de verano en el hemisferio sur, cuando los días son más largos. Algunas comunidades extienden las celebraciones hasta el 23 o 24 de diciembre, dependiendo de sus tradiciones. Aunque coincide cerca de la Navidad cristiana, para los indígenas es una fiesta distinta, con raíces propias que no se mezclan del todo con las costumbres católicas.
Los lugares más destacados están en la sierra, como Imbabura (Otavalo, Peguche), Azuay (Nabón, Cuenca), Cañar (El Tambo, Ingapirca) y Tungurahua (Salasaca). En Nabón, por ejemplo, preparan eventos desde el 9 de diciembre con caminatas y ferias, y el día 21 es el clímax con rituales al sol. En Otavalo, la gente se reúne en lugares sagrados como lomas o cascadas para conectar con la naturaleza. Cada comunidad le da su propio sabor, así que es diferente según donde vayas.
¿Cómo se celebra?
El Kapak Raymi está lleno de rituales que unen a la gente con la tierra y el sol. Los yachaks (sabios o chamanes) lideran ceremonias donde hacen ofrendas a la Pachamama y al sol. Estas ofrendas pueden incluir flores, frutas, maíz, habas o incluso pequeños animales, y se colocan en forma de chacana, una cruz andina que simboliza el equilibrio. En algunos lugares, queman incienso o encienden una chamiza (fogata) para purificar el ambiente.
Los niños son los protagonistas. En comunidades como las de Tungurahua y Chimborazo, los mayores cortan las uñas de los pequeños como un rito de paso, o les dan azadones y palas para que hagan su primer deshierbe, simbolizando su entrada al mundo adulto. También les regalan ropa o herramientas, como una manera de bendecirlos para el futuro. En Saraguro, se celebra el nacimiento de nuevos líderes y la transición a roles activos en la comunidad.
Hay danzas y música con flautas, tambores y rondadores, y la gente se viste con trajes tradicionales: pantalones y ponchos negros para los hombres, y polleras bordadas con rebosos para las mujeres. En Nabón, organizan ferias con artesanías, medicina ancestral y comida típica como cuy, papas y chicha de jora. Los juegos con agua, herencia del Carnaval, también aparecen en algunas zonas, ¡así que prepárate para mojarte un poco!
En Cuenca, el Ministerio de Cultura a veces organiza caminatas por sitios sagrados como Pumapungo, y en Imbabura, la Federación Indígena Chijallta-FICI promueve juegos ancestrales para los niños, fortaleciendo su identidad cultural.
Historia y significado
El Kapak Raymi viene de los incas, quienes lo celebraban en el Cusco como una de sus fiestas principales, con sacrificios y danzas para honrar al sol. Se hacía en diciembre, cuando el solsticio marcaba el inicio de un nuevo ciclo agrícola. Cuando los españoles llegaron, intentaron reemplazarla con la Navidad, pero las comunidades la mantuvieron viva en secreto. Con el tiempo, se mezcló un poco con el catolicismo, pero sigue siendo una celebración indígena en su esencia.
El significado va más allá de la agricultura: es un homenaje a la masculinidad, la sabiduría de los líderes y el crecimiento de los niños. En el pasado, los incas veían el solsticio como un momento para evitar que el sol se alejara demasiado, asegurando buenas cosechas. Hoy, es una forma de resistir la colonización y recuperar la identidad cultural, especialmente desde el siglo XX, cuando comunidades como las de Nabón y Saraguro lo revitalizaron.

El Kapak Raymi hoy
En lugares como Ingapirca o Nabón, las fiestas combinan rituales con actividades turísticas, como ferias y música en vivo. En Otavalo, las familias se reúnen en sitios sagrados, y en Cuenca, las caminatas atraen a visitantes curiosos. Es una chance de ver de cerca la cultura andina y aprender sobre la conexión con la naturaleza.
Con el cambio climático afectando las cosechas, esta fiesta también es un recordatorio para cuidar la Pachamama. Las comunidades piden al sol que siga bendiciendo la tierra, y eso resuena más que nunca. Si vas, lleva ropa abrigada para la sierra y una cámara para capturar los colores de los trajes y las danzas.
Para cerrar con una sonrisa
El Kapak Raymi es como un regalo del sol para los Andes: un momento de unión, gratitud y transición. Con sus rituales, música y comida, te hace sentir parte de algo antiguo y vivo. Así que, si puedes, visita Nabón o Otavalo el próximo diciembre, baila con los niños y prueba una chicha. ¡Y si no, disfruta la historia desde casa, que ya es un viaje increíble!
¿Te animaste a conocerlo? Si te gustó, temas como la Pachamama, el Inti Raymi, las ruinas de Ingapirca o las tradiciones kichwa tienen mucho más que contar. ¿Qué opinas?
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