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El Supay: El Espíritu de la Selva en la Amazonía Ecuatoriana

Supay

Supay

El Supay es una figura mítica que asusta y fascina a las comunidades del Oriente de Ecuador, la región amazónica del país. Esta leyenda está llena de misterio y refleja las creencias profundas de los pueblos indígenas de la selva, como los shuar, achuar y kichwa.

El Supay no es solo un cuento para pasar miedo: es parte de la cosmovisión amazónica, y su historia nos enseña cómo estas comunidades ven el mundo y sus espíritus. Vamos a sumergirnos en la selva con un tono amigable, y te prometo que aprenderás un montón sobre esta criatura tan intrigante.

¿Quién es el Supay?

El Supay es un espíritu poderoso que habita en la Amazonía ecuatoriana. En la cosmovisión de los pueblos del Oriente, como los shuar y los kichwa, el Supay es una especie de «dueño» de la selva, un ser sobrenatural que puede ser bueno o malo dependiendo de cómo lo trates. Su nombre significa «diablo» o «demonio» en kichwa, pero no es exactamente el diablo de la religión cristiana. Para estas comunidades, el Supay es más bien un espíritu de la naturaleza que castiga a quienes no respetan la selva o sus reglas.

El Supay no tiene una forma fija: puede aparecer como un animal, una persona o incluso un remolino de viento. A veces se muestra como un hombre alto y atractivo para engañar a sus víctimas, otras veces como una serpiente gigante o un jaguar con ojos brillantes. Lo que sí es seguro es que siempre aparece en lo más profundo de la selva, cerca de ríos, cascadas o cuevas, que son lugares sagrados para los indígenas. En las comunidades shuar, creen que el Supay vive en el mundo subterráneo, un lugar al que se conectan a través de rituales con ayahuasca, una planta sagrada.

La leyenda del Supay

Una de las historias más conocidas sobre el Supay cuenta que este espíritu aparece a los cazadores o pescadores que se adentran en la selva sin pedir permiso a los espíritus. Según las creencias, antes de cazar o cortar un árbol, hay que hacer una ofrenda o al menos pedirle permiso a la selva, porque todo tiene un espíritu protector. Si no lo haces, el Supay se enoja y puede hacerte perder el rumbo, atacarte o incluso llevarte al mundo de los muertos.

Por ejemplo, hay un relato entre los kichwa de Pastaza que dice que un joven cazador salió a buscar un venado sin hacer las ofrendas necesarias. Mientras caminaba, vio a una mujer hermosa cerca de una cascada. Ella lo llamó con una voz dulce y lo invitó a seguirla. El joven, hipnotizado, la siguió hasta que llegaron a una cueva. Pero cuando entró, la mujer se transformó en una figura aterradora con ojos rojos y garras, ¡era el Supay! El joven intentó correr, pero la cueva se cerró y nunca más se supo de él. Los ancianos del pueblo dicen que el Supay se lo llevó al mundo subterráneo como castigo por no respetar la selva.

En otra versión entre los Achuar, el Supay aparece como un jaguar gigante que persigue a los niños que se alejan demasiado del pueblo. Las madres usan esta historia para advertirles a sus hijos que no se metan solos a la selva, porque el Supay podría llevárselos. Es como el «cuco» de la Amazonía, pero con colmillos y un rugido que te hiela la sangre.

El Supay y la cosmovisión indígena

Para los pueblos del Oriente, el mundo está dividido en tres niveles: el mundo de arriba (donde viven los dioses del cielo), el mundo de la superficie (donde vivimos nosotros), y el mundo subterráneo, que es el reino del Supay y otros espíritus. El Supay es un guardián de este mundo inferior, y también está conectado con los ríos y las cascadas, que son puertas a ese reino. Los shuar creen que cuando alguien muere, su alma debe pasar por el mundo del Supay antes de llegar al lugar de descanso final.

Pero el Supay no siempre es malo. En algunas historias, puede ayudar a los chamanes o a las personas que respetan la selva. Por ejemplo, si un chamán necesita curar a alguien, puede pedirle al Supay que le dé poder a través de un ritual con ayahuasca. En estos casos, el Supay actúa como un guía espiritual, siempre y cuando se le trate con respeto. Los indígenas ofrecen tabaco, chicha (una bebida de maíz fermentado) o plumas para apaciguarlo, y eso lo convierte en un ser complejo, no solo un villano.

El Supay y la colonización

La llegada de los españoles y los misioneros influyó en cómo se ve al Supay hoy en día. Antes de la colonia, los indígenas lo consideraban un espíritu natural, parte de su equilibrio con la selva. Pero con la evangelización, los frailes lo asociaron con el diablo cristiano para asustar a la gente y convertirla al catolicismo. Esto mezcló las creencias locales con ideas europeas, y el Supay pasó de ser un guardián a un demonio temido. En algunas comunidades, los ancianos aún cuentan que los misioneros quemaban objetos sagrados para «expulsar» al Supay, lo que creó un choque cultural que sigue resonando.

El Supay en la cultura actual

La leyenda del Supay sigue viva en las comunidades amazónicas y se usa para educar a los más jóvenes sobre el respeto a la naturaleza. Los abuelos lo mencionan para enseñarles a no cazar demasiado, a no contaminar los ríos ni a cortar árboles sin permiso. En ciudades como Puyo o Tena, los guías turísticos a veces lo incluyen en sus historias para atraer a visitantes que buscan una experiencia mística en la selva.

También ha aparecido en canciones y cuentos modernos. Por ejemplo, algunos músicos kichwa han compuesto temas sobre el Supay como una advertencia ecológica, diciendo que si no cuidamos la Amazonía, el Supay nos castigará. En las escuelas indígenas, los maestros lo usan para hablar sobre la importancia de la sostenibilidad, conectando la leyenda con problemas actuales como la deforestación.

Lugares donde aparece

El Supay se asocia con lugares específicos de la Amazonía ecuatoriana. Las cascadas de Pailón del Diablo cerca de Baños, las aguas del río Napo o las cuevas de las provincias de Pastaza y Morona Santiago son sitios donde dicen que el Supay ronda. Los indígenas evitan acercarse a estas áreas de noche sin protección espiritual, y algunos turistas curiosos han reportado escuchar ruidos extraños o sentir una presencia mientras exploran estos lugares.

¿Por qué sigue viva esta leyenda?

El Supay sigue siendo importante porque conecta a las comunidades con su identidad y su relación con la selva. En un mundo donde la Amazonía enfrenta amenazas como la minería y la tala ilegal, el Supay se ha convertido en un símbolo de protección de la naturaleza. Su historia también refleja el respeto que los pueblos indígenas tienen por el equilibrio del ecosistema, algo que podemos aprender todos.

Para cerrar con una sonrisa

El Supay es un espíritu que te recuerda que la selva no es solo un lugar bonito: es viva y tiene sus propias reglas. Así que, si alguna vez caminas por la Amazonía, no olvides pedir permiso antes de tocar algo, o podrías encontrarte con un jaguar con ojos brillantes o una voz que te llama desde una cascada. ¡Yo prefiero llevar una ofrenda de chicha y quedarme tranquilo!

¿Te gustó esta historia? Si quieres saber más, temas como el ayahuasca, la evangelización en la Amazonía, el Pailón del Diablo o las creencias de los pueblos shuar y kichwa tienen mucho más que contar. ¿Qué te parece?

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